Por José David Méndez Jiménez
Considerado uno de los mejores personajes cómicos de México, creado e interpretado por Mario Moreno (1911-1993), Cantinflas incursionó en otros medios más allá del cine, aunque con algunos cambios. El personaje del peladito, como también se le llamaba, protagonizó un par de series animadas.
La primera y mejor de las dos, gracias a su dinamismo, arte y temática educacional, fue Cantinflas Show (1969-1972), producida por Televisa y DIAMEX, S.A.
Los productores ejecutivos fueron el propio Mario Moreno, Jacques Gelman, Carlos Amador y los famosos artistas españoles Santiago y José Luis Moro. De hecho, este último, creador de La Familia Telerín en 1964, se encargó de establecer el look de Cantinflas para la serie televisiva en la que El mimo de México llevó a los televidentes, sobre todo a los más pequeños, a varios viajes por el tiempo con el fin de conocer a personajes de la historia de la humanidad de forma divertida y original.
Los productores ejecutivos fueron el propio Mario Moreno, Jacques Gelman, Carlos Amador y los famosos artistas españoles Santiago y José Luis Moro. De hecho, este último, creador de La Familia Telerín en 1964, se encargó de establecer el look de Cantinflas para la serie televisiva en la que El mimo de México llevó a los televidentes, sobre todo a los más pequeños, a varios viajes por el tiempo con el fin de conocer a personajes de la historia de la humanidad de forma divertida y original.
Cantinflas y sus amigos (1982-1984) suele ser considerada como una segunda temporada de la misma serie, pero en realidad se trató de una producción de Hanna-Barbera y tuvo la notable diferencia de que en esta versión se renombró al personaje central como Amigo (de hecho el título de la serie en inglés fue Amigo and Friends) y se añadieron algunos episodios, producidos con una calidad inferior a la de serie original, en los que el protagonista recorría sitios turísticos de Estados Unidos.
Entre ambos proyectos sumaron un total de 104 episodios con una duración de cinco a siete minutos cada uno.
Mientras que el propio Mario Moreno prestó su voz en la mayoría de los episodios, hay versiones que apuntan que también se contó con la participación del famoso imitador y cuentachistes Flavio Ramírez Farfán, conocido por su fiel imitación del Mimo de México. En la versión para Estados Unidos la voz de Amigo fue doblada por Don Messick. El único otro personaje que aparece en todos los capítulos y es muy importante para la serie es el narrador, a quien dieron voz Pedro D'Aguillón, José Manuel Rosano y Raúl Matas en español, y John Stephenson en la versión en inglés.
Mientras que el propio Mario Moreno prestó su voz en la mayoría de los episodios, hay versiones que apuntan que también se contó con la participación del famoso imitador y cuentachistes Flavio Ramírez Farfán, conocido por su fiel imitación del Mimo de México. En la versión para Estados Unidos la voz de Amigo fue doblada por Don Messick. El único otro personaje que aparece en todos los capítulos y es muy importante para la serie es el narrador, a quien dieron voz Pedro D'Aguillón, José Manuel Rosano y Raúl Matas en español, y John Stephenson en la versión en inglés.
Usando como base Cantinflas Show, Televisa lanzó en 1973 una publicación homónima que siguió la misma línea de la serie. No fue una historieta como tal, sino una revista ilustrada infantil de corte educativo, y marcó la transición del personaje al medio impreso.
Con arte de José Luis Moro (1926-2015) cada uno de los 51 fascículos publicados constó de 24 páginas profusamente ilustradas, que con textos digeribles y divertidos, originales de Pilar Obón, llevaban al lector a conocer épocas remotas y personajes famosos. Podría decirse que la revista era una adaptación directa de cada uno de los episodios de la caricatura.
Cantinflas permanece en el imaginario popular mexicano gracias a las retransmisiones ocasionales de sus series animadas y a la programación constante en televisión de sus películas, con el apoyo adicional de la venta y renta de su filmografía en distintos medios y sistemas de video.
Sin embargo, a pesar de ser un personaje rico y con gran potencial, sus apariciones en medios impresos se limitaron durante varios años a menciones y textos en revistas biográficas y de espectáculos.
Fue hasta finales de 1991, dos años antes de la muerte de Mario Moreno, que Grupo Editorial Vid, empresa de proyección internacional gracias a sus publicaciones de licencias norteamericanas y japonesas, se animó a lanzar a la venta un título de manufactura nacional, con el personaje como protagonista.
Sin embargo, para llegar a un público infantil, y siguiendo la moda de presentar a los personajes en sus versiones miniatura o infantiles (¿recuerdan Los pequeños Picapiedra?), el título publicado por Vid fue titulado Las Aventuras de Cantinflas y mostró al personaje en sus años escolares. En esta historieta semanal de 32 páginas, en formato media carta y a todo color, se contó con los argumentos de Rosa Amelia Díaz, interiores de Roberto Torres Díaz y portadas de un artista de apellidos García-López.
Al inicio de la trama, Cantinflas es un niño de entre ocho y diez años, quien vive con Lola, su madrina, en un pueblito llamado San Pedro el Chico. Cantinflas estudia en una escuela rural, tiene varios amigos y algunas mascotas comunes para el estereotipo de un niño de provincia: la rata Cuqui, la víbora de agua Corriosa, el cerdito Trompas y la araña Ciertopelo.
La vida del personaje corre tranquila hasta que su madrina recibe la noticia del fallecimiento del tío Austreberto. Su viuda, la tía Güichita, ahora está sola en su casa de la capital, y como no puede dejarla debido a un padecimiento del corazón, Lola y Cantinflas viajan a la ciudad para vivir con ella.
La llegada del pequeño a la capital abre un nuevo panorama de amigos y aventuras para el personaje, mismas que van desde poner cierto desorden y confusión en la nueva escuela, debido a su forma de ver la vida y a su enredada manera de hablar (que a pesar de todo le consigue ganarse la amistad de los demás niños y la admiración del profesorado), hasta causar destrozos y caos en la vecindad donde ahora reside.
La llegada del pequeño a la capital abre un nuevo panorama de amigos y aventuras para el personaje, mismas que van desde poner cierto desorden y confusión en la nueva escuela, debido a su forma de ver la vida y a su enredada manera de hablar (que a pesar de todo le consigue ganarse la amistad de los demás niños y la admiración del profesorado), hasta causar destrozos y caos en la vecindad donde ahora reside.
Entre los personajes de apoyo se encuentran los amigos de Cantinflas: Poncho, Pepe y Lalo; Lucila, la niña enamorada del protagonista, y Cayetano, el niño grande y malo que trata de poner en jaque al ocurrente peladito. También cuenta con algunos personajes adultos como Don Pancho, el conserje; Don Cuco, papá de Lucila; Doña Tomasa, la hierbera del mercado; Doña Remilgos, la vecina rica de la vecindad; Doña Angustias, la jefa de vecinos; Doña Pura, una mujer muy correcta; Doña Cástula, la vecina chismosa, e incluso algunos animales como Goliat, el perro de Cayetano, y Gestrapo, la rata de Cantinflas.
Esta serie contó con 32 números en los que Cantinflas tuvo diversas aventuras tanto reales como imaginarias, incluyendo algunas algo alocadas, como su encuentro con un nahual.
Aunque tuvo cierta aceptación entre los lectores, esta versión del personaje quedó muy distante del planteamiento original usado por Mario Moreno a lo largo de su filmografía, e incluso del rescatado en las series animadas. Al parecer, las únicas características del Cantinflas original que se mantuvieron en la historieta fueron su cantinfleo e inocencia. Por lo demás, las situaciones narradas podrían compararse incluso con las aventuras de otros niños de la historieta nacional, como Federico y Nacho, de Almas de Niño (después Bolillo); la pandilla completa de Memín Pinguín, e incluso las peripecias de El Chavo del 8.
Quizás con un poco más de tiempo en circulación, tanto el personaje como el titulo podrían haberse desarrollado mejor para afianzarse en el gusto de los lectores. Lo cierto es que con esta pequeña colección, Cantinflas dejó su huella en la historieta nacional.
Ahí está el detalle, chatos.
DATOS FRIKI
- Cantinflas llegó al cine en 1936. Participó en 51 películas y se colocó en el gusto del público por más de cuatro décadas. Su forma confusa de hablar se popularizó lo suficiente como para que la Real Academia de la Lengua Española aceptara el verbo cantinflear en 1992.
- Desde hace unos años la empresa Gyroscopik Studios ha trabajado con la licencia del personaje. Tiene planes para una nueva animación en 3D, un largometraje animado, videojuegos para consolas y apps para dispositivos móviles.
Nuestro colaborador
Con una, como quien dice, ¿verdad? carrera larga como ávido lector y acaparador de toda colección coleccionable de viñetas que se coleccionan y admirador del cine mexicano de humor blanco porque no es oscuro, pues no hay derecho de que no lo hagan... cuando ya está... y luego de regreso. Si le echan águila o sol cuando dicen ¡arriba el telón!, se va a bailar un bolero con Raquel.
Artículo publicado originalmente en Comikaze #29 (2015) Pide tu ejemplar al correo enviocomikaze@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario