En este episodio de #RumboaLaMole del Podcast Comikaze te platicamos (a ritmo de surf y comiendo waffles) los detalles de la revisión de portafolios con Eddie Berganza, editor de DC Comics, quien viene a buscar talento mexicano en La Mole.
Y también te recomendamos a los artistas independientes mexicanos más interesantes que se presentarán en el Artists' Alley.
Participan: Alberto Calvo (coeditor de Comikaze, traductor para Caligrama/Panini Comics México), Everardo Ferrer (cofundador de Comikaze y articulista de Editorial Kamite) y Jorge Tovalín (coeditor de Comikaze).
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¡Estamos de estreno! Aquí el primer episodio de#RumboaLaMole, una serie de entregas semanales del podcast de Comikaze, dedicadas a lo más interesante que
te ofrecerá La Mole Comic Con este 23, 24 y 25 de septiembre.
En este episodio te platicamos sobre lo más interesante y curioso en las carreras de los invitados de honor de la convención: Chris Claremont, Marv Wolfman, José Luis García-López, Daniel Way y Luis Royo.
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¿Cuál fue el primer reboot/ reinicio de los cómics? ¿En qué consiste el truco? ¿Cuáles han sido los mejores? ¿Se vale quejarse de ellos? ¿Se ha abusado de los reboots?
Aquí el nuevo episodio del Podcast Comikaze, con la participación de:
Alberto Calvo/Comikaze, Panini, Comicverso, La Covacha
Lyoko/La Covacha
Pablo Solís /El Frikipodcast
Mario Viñas/Capital Comic
Jesús Estrada (lector y coleccionista)
Jorge Tovalín/ Comikaze, La Mole Comic Con
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Por Raúl Hernández, Wakko
Con motivo de la próxima visita de José Luis García-López a La Mole Comic Con Internacional, rescatamos del baúl de plomo de los recuerdos este artículo, escrito por el más grande admirador de Superman que tiene Comikaze. Disfrútenlo después de la imagen promocional.
Hace no mucho tiempo comprobé que José Luis García-López es posiblemente el dibujante de superhéroes más famoso del mundo, y al mismo tiempo, el menos reconocido.
¿Cómo es esto posible? Bueno, a pesar de lo ilógico que pueda sonar, podríamos asegurar que todo lector de cómics (incluyéndote a ti, distinguido seguidor de Comikaze), e incluso quien no está familiarizado con el tema, conoce algo de su trabajo. Pero no nos apresuremos. Primero, aquí algo de historia.
José Luis García-López nació en Pontevedra, España, el 26 de marzo de 1948, radicando posteriormente en Argentina. Comenzó su carrera en los 60 en el sello Charlton Comics, y en 1974 se mudó a Nueva York, donde conoció a Joe Orlando, editor de DC Comics. Su primer trabajo publicado por esta editorial fueron unas tintas sobre el trazo de Dick Dillin, paraNightmare in Gold, una historia de apoyo incluida en Action Comics #448, publicada en junio de 1975.
Tras ello, García-López le entintó al mismísimo Curt Swan (dibujó a Superman durante tres décadas, en diversos títulos) en la historia The Secret Life of Clark Kent, además de cocrear junto con Gerry Conway la serie Hercules Unbound y lanzar la serie regular de Jonah Hex, con guiones de Michael Fleisher, entre otros trabajos.
Y aquí es donde hacemos una pausa.
En 1981 apareció el tercer crossover entre las editoriales Marvel y DC: Batman vs. The Incredible Hulk (el segundo fue el famoso Superman vs. Spider-man: The Battle of the Century, y el primero, pues ni más ni menos que... una adaptación de la película clásica Wizard of Oz). Con guión de Len Wein, arte de García-López y tintas de Dick Giordano, Batman vs. The Incredible Hulk enfrentó por primera vez los tocayos Bruce Wayne y Bruce Banner, con Joker y The Shaper of Worlds como villanos. Una verdadera joya de cómic, que curiosamente fue situado dentro de la continuidad de DC Comics (DC Special Series Vol. 1 #27), y que en México fue publicado en los 90 por Editorial Vid en un formato flip book, junto con el antes mencionado enfrentamiento entre El Araña y el Hombre de Acero.
Cuatro años más tarde, dibujó cinco maravillosos números para The New Teen Titans, con guiones de Marv Wolfman, quien al respecto comentó más tarde:
Sabía que tenía a este increíble artista que podía dibujar casi todo lo que yo quisiera... así que decidí convertir la historia en el mayor espectáculo que se me pudiera ocurrir.
Otros trabajos notables de este gran dibujante son Atari Force, una serie de minicómics publicados para acompañar los videojuegos más populares de esos tiempos; Star Raiders, basado en un videojuego de aventuras, también perteneciente a Atari, con guión de Elliot S. Maggin (y cuyo compendio se convirtió en el primer tomo publicitado por DC Comics como novela gráfica); Cinder and Ashe; Road to Perdition 2, Deadman y Superman.
García-López realizó también trabajos como la adaptación en cómic de la película Batman Returns; la miniserie The Return of Donna Troy, una historia de apoyo para Just imagine Stan Lee creating Green Lantern; los elseworlds titulados Superman, Inc., Superman: Kal (en la que el bebé kryptoniano cae en la Tierra del medioevo, y que también fue publicada en México por Vid, junto con Speeding Bullets, en el mismo formato flipbook) y Batman Reign of Terror, entre muchísimos otros títulos.
En 1990, DC publicó una miniserie de tres números llamada Twilight (nada que ver con los pseudovampiros cubiertos con diamantina), escrita por Howard Chaykin, y con García López en el arte, que fue una modernización de los personajes espaciales/de ciencia ficción del Universo DC. La importancia de este trabajo es que en 1992 le dio a García López una nominación al premio Eisner como Mejor Artista.
Para 1997, volvió a ser nominado, pero ahora en la categoría de Mejor Equipo de Dibujante/Entintador, junto con Kevin Nowlan, por el arte de Doctor Strangefate (sí, aquella amalgama de Dr. Strange, Dr. Fate y el Profesor X).
Los maestros también tienen influencias
La editorial norteamericana TwoMorrows ha publicado en años recientes una amplia colección de libros titulada Modern Masters, en la que presenta largas entrevistas de semblanza con diferentes artistas del cómic que, como bien indica el título de la serie, deben ser considerados maestros del área secuencial.
El quinto volumen fue dedicado precisamente a José Luis García López, y cuenta con un capítulo titulado Under the influence, que señala sus 15 mayores influencias artísticas. Entre ellas destacaJean Giraud,Moebius, lo que da pie a la siguiente historia que Andrew Helfer, editor en DC Comics durante los 80, cuenta en el libro, la cual deja en claro la talla de García-López como artista:
Un día, mientras estaba sentado en mi oficina en DC, un hombre se asomó por la puerta, y se quedó observando un punto en la pared detrás de mi, sobre mi cabeza. Aunque no nos conocíamos personalmente, sabía de quién se trataba por su inconfundible rostro. Se trataba de Jean Giraud, Moebius, y estaba mirando fijamente un dibujo de Wonder Woman hecho por José Luis García-López. Sin pedirme permiso, entró en mi oficina, y avanzó hasta estar detrás de mi escritorio, justo frente al dibujo. Se bajó las gafas, para poder observar mejor el trazo. Después de un momento, giró hacia mi.
- Este García López –preguntó con un marcado acento francés– usa modelos, ¿verdad?
- No –respondí sonriendo–.
- ¡Hijo de perra! – murmuró Moebius–.
"No necesitaba decir nada más. Sabía que ése era el cumplido más grande que un artista podía hacer a otro", concluye Helfer en el recuento de su anécdota.
La guía definitiva
El mismo Helfer y su colega en la editorial, Joe Orlando (quien consideraba a García López como su arma secreta, al grado de tener en secreto los medios para contactarlo) habían recibido un encargo especial, uno que nunca antes se había realizado: una guía de estilo con imágenes de cada uno de los personajes de DC Comics, en diferentes poses y acciones, con el fin de establecer uniformidad en la imagen de la toda la parafernalia comercial de los personajes de la editorial (juguetes, ropa, pósters, publicidad, y un sinfín de cosas más).
La idea de Jeanette Kahn, entonces presidente de DC, era marcar un elevado estándar de calidad en los productos de licencia de la marca, por lo que entre Helfer y Orlando se dieron a la tarea de recolectar todos los dibujos que García-López hiciera para este proyecto. El resultado: un enorme libro lleno de magníficas ilustraciones, con cánones perfectos de proporción y color, que se ha convertido en un objeto deseado por muchos, pero obtenido por pocos, ya que solamente se editó para uso interno de la empresa. Se dice que incluso hubo artistas que aceptaron proyectos para DC, sólo por saber que de ese modo conseguirían un ejemplar.
Es aquí donde podemos asegurar que todo mundo, sea o no lector de cómics, conoce el arte de José Luis García-López, pues desde hace casi 30 años sus ilustraciones son las que hemos visto en variedad de cuadernos, mochilas, playeras, vasos, llaveros y un sinfín de productos. ¿Alguien recuerda el arte que adornaba la serie de juguetes SuperPowers Collection, de Kenner?
Nuestro colaborador
Tiene el orgullo y honor de decir que el primer artista cuyo trabajo coloreó fue precisamente José Luis García-López... aunque esto fue en un libro para colorear de la línea Super Powers (conocida en México como Súper Amigos). García López es su dibujante favorito de Superman. Y de lo que sea.
Con una carrera artística de más de 25 años en el medio del cómic, el mexicano Oscar Bazaldúa hará su debut como dibujante de DC Comics en Sinestro #23 (mayo 2016) para el que realizó ocho páginas (el arte permanece inédito, por instrucciones de la editorial).
El maestro Bazaldúa, quien ha creado tres portadas para Comikaze, nos comentó que su contacto con DC se dio por medio de su actual agente representante, el español Joaquín García, quien enlazó a Bazaldúa con el editor de DC Michael Cotton (los lectores treintañeros recordarán a Cotton por sus divertidas contribuciones en la revista Wizard, donde además de ser reportero, protagonizaba una especie de fotonovela cómica, para luego ser editor de la publicación en sus últimos años de vida).
“Fue un reto dibujar el cómic de Sinestro, pues la verdad nunca había leído uno, así que desacargué varios números para empaparme del cómic y poder hacerlo de la mejor forma posible, ya que tiene personajes extraños que jamás había visto… fue complicado, pero lo saqué (…) es la mayor alegría que he sentido como artista de cómic en muchos años, aún ando emocionado por ello. Espero que me sigan tomando en cuenta para más comics, pues al parecer les agradó lo que hice para Sinestro”.
Desde su salto a la fama con la miniserie Marvels (1994), escrita por Kurt Busiek, Nelson Alexander Ross ha sido uno de los artistas más reverenciados (y denostados) del cómic estadounidense. Su arte, que hace evidente su enamoramiento de las técnicas tradicionales y del uso de referencias fotográficas, ha sido explotado en carteles, portadas de cómics, discos, videojuegos, figuras de acción, esculturas, así como en proyectos relacionados con el cine, además de ser objeto de exposiciones museísticas en recintos como el Andy Warhol Museum de Pittsburgh o el Mona Bismarck American Center for Art Culture, en París. Cualquier cosa.
Con tan sólo 19 años, Alex Ross, recién graduado como pintor por la American Academy of Art de Chicago, se desempeñaba como dibujante de storyboards para la reconocida firma Leo Burnett, pero soñaba con dibujar cómics. Aprovechando el consejo de un colega del trabajo, quien trabajaba como freelance para la editorial NOW Comics (también establecida en Chicago), el joven Ross buscó trabajo en el mismo sello, logrando que le encargaran la miniserie Terminator: The Burning Earth, escrita por Ron Fortier y publicada en 1990 como secuela a la primera cinta de James Cameron.
Lamentablemente el título (cuyo arte Ross comenzó a pintar en la cocina de sus padres, por falta de dinero para vivir por su cuenta) adoleció de una trama floja y desaprovechó de forma ridícula a su villana, una atractiva cyborg con look inspirado en Cindy Crawford, además de presentar a un Ross muy verde todavía. Eso sí, las portadas de Terminator: The Burning Earthvislumbraron lo que se convertiría en su estilo distintivo, aunque cabe decir que los interiores, realizados con algo de prisa y poco o nulo uso de referencias fotográficas (Ross no tenía un peso para equipo fotográfico y de iluminación), no fueron precisamente espectaculares.
En los siguientes cuatro años, la calidad artística de Ross (quien en su debut comiquero firmó con un ingenuísimo Alexander), creció exponencialmente, pues tras realizar la portada para Doomdsday & Beyond, versión novelizada de The Death of Superman, escrita por Louis Simonson, dio su primer batazo con Marvels, proyecto que no sólo le dio el primero de muchos Eisner en su carrera (trece a la fecha), sino que lo convirtió en una súper estrella del cómic, de forma casi inmediata.
A diferencia de otras figuras populares de la ilustración en aquella época, como Boris Vallejo, que usualmente presentaban su obra en espacios más adultos (como la revista de historietas de ciencia ficción y fantasía Heavy Metal), Ross tuvo el acierto de preguntarse cómo se verían aplicados sus conocimientos académicos de pintura en las páginas interiores de un cómic, cosa que el lector convencional no había visto con la espectacularidad que Ross alcanzaría con la técnica del gouache.
Aunado a su nostalgia por las series televisivas como Batman, Captain Marvel y Wonder Woman (incluyendo las apariciones de Spider-man en la serie educativa The Electric Company), en las que se mostraban a sus héroes como personas empijamadas de carne y hueso, e inspirado por el estilo hiperrealista de Salvador Dalí, la escuela anatómica de Andrew Loomis, pero sobre todo, por los legendarios ilustradores Joseph Christian Leyendecker y Norman Rockwell (basta ver las portadas de ambos para The Saturday Evening Post y cualquiera notará su influencia), Ross logró mostrar a los superhéroes de la ficción casi tan palpables como la realidad.
Tras contribuir con portadas y diseño de personajes para Astro City (1996), del mismo Kurt Busiek, a los 26 años Ross llegó a lo que al momento sigue siendo la cúspide de su carrera: Kingdom Come (1996), título superventas en el que, junto con el escritor Mark Waid, mostró una visión apocalíptica del Universo DC, lo que en 1997 les hizo ganar a la dupla el Eisner en la categoría de Mejor Serie Limitada (Ross se llevaría un par más por su trabajo artístico).
A esta obra le siguieron proyectos como Uncle Sam (Vertigo); más sagas futuristas como Earth X, Universe X y Paradise X (respuesta obvia de Marvel a Kingdom Come), o el cuarteto de hermosas ediciones en formato tabloide Superman: Peace on Earth, Batman: War on Crime, Shazam! Power of Hope y Wonder Woman: Spirit of Truth, con las que, entre 1998 y 2001, junto con el escritor Paul Dini, celebró el 60 aniversario de cada personaje. A estas ediciones se sumaron JLA: Secret Origins (2002) y JLA: Liberty and Justice (2003), que a pesar del caramelo visual y los guiones de Dini no alcanzaron el nivel de las entregas anteriores.
A miniseries como Justice (2005-2007), homenaje del nostálgico Ross, así como de Jim Krueger y Douglas Braithwaite a los Super Friends de Hanna-Barbera, siguieron otras como Avengers/Invaders (2008), además de estancias interesantes como portadista estrella de JSA, Superman y Batman, donde Ross pudo jugar de nuevo a su antojo con los grandes de DC, para luego convertir a la joven editorial Dynamite en su laboratorio personal (Nick Barucci, fundador del sello, es gran amigo de Ross), pues ahí no sólo realizó portadas para buena cantidad de cómics de la editorial (lo que impulsó su venta), sino que en años recientes ha podido pitchear series como Project Superpowers, basada en superhéroes olvidados de los años 40, o títulos como The Last Phantom y Flash Gordon: Zeitgeist, gustito de Ross que responde a su adoración hacia ambos héroes (y en particular por la película ochentera de Mike Hodges y la banda Queen). En años recientes ha creado también portadas para títulos como The Six Million Dollar Man y el crossover Batman '66 meets The Green Hornet, entre otros títulos nostálgicos.
En fin, que Ross es una máquina imparable de producción, cuyos jugosísimos ingresos le han permitido afianzarse en una cómoda posición en la que ni siquiera necesita ya promover su trabajo en convenciones de cómics, salvo la C2E2. que se realiza en Chicago y es la más cercana a su hogar. Y es que hace años que Ross no se para por la Comic Con de San Diego, donde, eso sí, ocupa el stand más impresionante que un artista puede pagar, y en el que agentes ofrecen su arte a precios estratosféricos, que van desde los seis mil dólares por una portada de personajes como The Phantom o The Green Hornet y hasta los 25 mil dólares por las de héroes más populares como Batman o Green Lantern.
La galería de juguetes y estatuas que Ross mantiene en su casa.
Muy acostumbrado a las críticas que lo señalan como un mero copiador de fotografías (entre las que destacan las de su compañero Bruce Timm, famoso por su capacidad de síntesis en el trazo), Ross defiende su método de trabajo argumentando que es precisamente el uso de modelos, iluminación, cámara fotográfica e incluso disfraces hechos para la ocasión lo que le permite representar adecuadamente las luces, sombras, volúmenes, texturas y gestos de los personajes que intenta plasmar en el papel.
De hecho, como se aprecia en el libro Rough Justice, conformado casi en su totalidad por sketches de Ross en los que no utilizó referencias fotográficas, su dominio del dibujo anatómico es más que obvio, lo que constata que el uso de las herramientas mencionadas responde más a su obsesión por captar la realidad, que a un recurso para holgazanear, como es el caso del polémico dibujante Greg Land, quien ha reconocido que calca (y modifica con Photoshop) poses y rostros de fotografías, incluso de películas porno, cayendo en el extremo de armar una suerte de stock de rostros y cuerpos con el que arma sus cómics.
Frank Kasy, el modelo que Ross utiliza para plasmar a Superman
Ciertamente la potencia de Ross radica en sus pin-ups, conformados por imágenes estáticas, épicas y llenas de heroicidad y magnificencia, y no tanto en sus páginas secuenciales, pero es válido recordar (sin justificarlo) que este creador no se educó formalmente como dibujante de cómics, sino que se trata de un pintor de academia, quien tuvo la fortuna y el talento para incursionar en un medio que amaba y para destacar entre el grueso de sus colegas, acostumbrados a crear sus historietas tradicionalmente, es decir, con lápiz y tinta china.
De ser la labor de Ross un arte tan sencillo de imitar, en el mercado del cómic podrían verse dos o tres buenos clones de su estilo, pero no ha sido así. Desde un punto de vista maquiavélico, esto podría ser por conveniencia de las editoriales, que preferirían no dar cabida a estos émulos de Ross con tal de no atentar contra el valor de la mercancía que publican, o simplemente porque al momento no hay alguien que pueda superar su arte foto-realista, al menos a los ojos de los compradores.
Sea como sea, cuando un artista llega a niveles tan altos de calidad y popularidad, ser original se vuelve un reto cada vez mayor, situación que enfrenta Ross desde hace ya varios años, pues a pesar de su innegable talento y marcado perfeccionismo, cada vez le cuesta más trabajo sorprender.
¿Podrá alcanzar de nuevo el éxito de Kingdom Come, publicado hace ya dos décadas? ¿Tendrá una obra nueva con la cual pueda callar la boca de sus detractores? ¿Su obra será recordada como la precursora de una corriente de cómics pintados o solamente como un curioso capítulo en la historia del cómic?
Mientras el tiempo se encarga de responder eso, quienes lo admiramos podemos seguir embelesados por su arte, que a simple vista demuestra una pasión que siempre amenaza con desbordar las páginas que la contienen.
Nuestro colaborador
Fanboy extremo de la cinta Flash Gordon, colaboró con textos para la edición mexicana de la maxiserie Justice, cocreada por Ross y publicada por Editorial Vid. Tiene la meta de adquirir una portada original de Ross, aunque sea de las baratitas, y ser enterrado con ella.
Texto publicado originalmente en Comikaze #22 (marzo de 2014). Puedes encargar el ejemplar al correo enviocomikaze@gmail.com
La década de los 80 fue un parteaguas en el cómic estadounidense, ya que la experimentación, la irreverencia y la aceptación de influencias de la década anterior por fin rindieron los frutos esperados y permitieron la consolidación y aceptación de un medio antes denostado por la crítica. 1986 fue el annus mirabilis donde el mundo se sorprendió con algunos de los mejores cómics de superhéroes, se indignó con unos ratones judíos y aceptó la aparición de nuevas editoriales. Pero lo más importante fue que por fin se dejaron atrás los complejos que trajo el Comics Code y se permitió una libertad creativa que no se ha vuelto a ver desde entonces, al menos en las dos grandes editoriales comerciales de cómics.
Para los posmodernistas, los años 80 fueron donde todo se fue al carajo: la generación X invadió la cultura y con ello se redujeron los estándares artísticos; el desorden social y la anarquía permitieron el resurgimiento de regímenes totalitarios disfrazados de democracia (Reagan en EU y Thatcher en el Reino Unido); la caída de regímenes militares representó un momento de libertad para Latinoamérica; los sueños de conquistar el espacio se vieron destruidos por la explosión del transbordador espacial Challenger, un duro golpe del que la NASA apenas parece recobrarse, y que junto con la explosión de la central nuclear de Chernobyl en Ucrania, llenaron al gran público de terrores respecto a la tecnología; en México salíamos del terremoto del 85 y celebrábamos la que tal vez haya sido la última gran copa mundial de fútbol, donde el argentino Maradona demostró que efectivamente Dios existe.
Todo lo anterior ocurría mientras los comiqueros mexicanos pasaban las de Caín viendo cómo el gigante Novaro desaparecía, dejando un vacío de cómic de licencia que títulos nacionales como Karmatrón eran incapaces de rellenar. No es de extrañar que los sensacionales y las antologías humorísticas se adueñaran de los puestos de revistas al no existir otra alternativa (salvo el sempiterno Spider-Man) para satisfacer el hambre por las viñetas, ajenos a lo que sucedía en el norteño vecino. Los dos grandes sellos de cómics venían saliendo de gigantescos crossovers, donde propusieron cambios a sus direcciones editoriales. En el caso de DC recordemos que dos años antes tuvo problemas financieros y que, aunados a un desdén de su compañía madre, casi terminó vendiendo sus personajes a Marvel, por lo que en 1985 se planeó revitalizar a la compañía y cambiar su enfoque de ventas tras publicar Crisis on Infinite Earths, maxiserie que pretendía poner orden a su continuidad y reiniciar las cosas desde cero, pero la sensatez mercadotécnica (¿o simple cobardía?) impidió hacerlo de manera completa. Sólo algunos títulos reiniciaron o cambiaron de giro, mientras que otros continuaron como si nada (sí, The New 52 fueron todo, menos nuevos).
En este ambiente, la editorial apostó por un comprobadísimo John Byrne, quien venía de escribir Uncanny X-Men y Fantastic Four con míticas corridas, para relanzar Superman, adecuando el título a los tiempos que corrían. En una miniserie de seis números, titulada Man of Steel, Byrne no sólo actualizó al personaje, sino que lo hizo relevante para las décadas postreras.
Al lanzar el primer número de Superman: Man of Steel con dos portadas diferentes, DC originó al monstruo de las portadas variantes. En la miniserie se restableció el origen del personaje, eliminando todo aquello que Byrne consideró ridículo o de bulto: adiós a la superfamilia, supermascotas, e incluso se despidió de Superboy, borrándolo de la historia y diciendo que Superman comenzó su carrera siendo adulto, lo que en cierta forma justificaba que usara sus poderes de forma correcta.
Y al reinventar también a los villanos, Superman tenía amenazas acorde con sus poderes, que se limitaban a los originales: nada de superventriloquismo o superinteligencia. El caso de Lex Luthor fue especial, pues pasó a ser un ejecutivo ambicioso y sin escrúpulos, que utilizaba su inteligencia para hacer el mal a través de sus empresas, cuidándose de no dejar rastro, cuyo poder político dificultaba que Superman le echara el guante. Fue una inteligente manera de demostrar que de nada sirve tener superpoderes cuando peleas contra el sistema, lo que dotó a las historias de una profundidad sin precedentes.
Disfruta el resto del artículo en Comikaze #3D, a la venta en las principales tiendas de cómics y por medio del correo enviocomikaze@gmail.com. Incluye portada en 3-D, lentes anaglíficos y dos tarjetas coleccionables de regalo.
El primer Podcast Comikaze de 2015 tuvo como invitado especial a Karmix, uno de los conductores de prestigiado podcast El Café Comiquero, con quien platicamos largo y tendido sobre los mejores y peores crossovers del cómic.
También incluye una entrevista con Jorge Grajales, escritor de Sensus, el primer cómic mexicano en braille.
*Incluye regalitos de Bruguera Comic Books y ejemplares de Sensus.
Antes de cerrar el año, parte del equipo editorial de Comikaze quiere compartirles lo que, a su juicio, fueron las lecturas comiqueras más recomendables de 2014 que llegaron a México por medio de su editorial original o de reimpresiones a cago de alguna editorial mexicana. A continuación un interesante listado de títulos que les recomendamos seguir.
Alfredo Villegas (Traductor de Editorial Kamite)
Lazarus (Image) El sistema económico ha colapsado. El nuevo orden mundial se reparte en 16 familias, dueñas de todo el poderío económico, tecnológico y militar. Cada una ha destinado enormes recursos en la creación de un Lazarus, un supersoldado prácticamente inmortal y principal arma para defender los intereses familiares que colisionan en el escenario de intrigas políticas globales. Lo mejor que la ciencia ficción puede lograr, ese vistazo privilegiado a un futuro latente en nuestro presente, se despliega aquí entre páginas de impactante belleza. Deadly Class (Image) En la más absoluta desolación de la indigencia, el adolescente huérfano Marcus recibe una segunda oportunidad para darle sentido a su vida, en la escuela de asesinos Kings Dominion, donde la violencia característica de la preparatoria adquiere una nueva dimensión. Con una fuerte carga nostálgica ochentera, dedicada a los últimos miembros de la generación X, Rick Remender cimienta su creciente prestigio como uno de los narradores más destacados del medio. De las series a tener en la mira para los premios de 2015. Sex Criminals (Image) Suzie conoce a John en una fiesta. Se gustan, deciden tener sexo y, con gran sorpresa, descubren que comparten un poder fascinante: detener el tiempo cuando tienen un orgasmo. Lo que era para ellos un acto que los aislaba del mundo, se vuelve un nuevo espacio de juegos que sólo ellos pueden habitar y explorar, y donde todo es posible sin consecuencias... aparentemente. Con personajes entrañables y páginas llenas de humor hasta en la sección de cartas, Sex Criminals ha sido acertadamente premiado como una de las mejores nuevas propuestas de Image.
Aldo Iván Espinosa
Ms. Marvel (Marvel)
Kamala Khan es una chica lista que una noche (bomba terrígena y capullo de por medio) despierta teniendo poderes. El lugar común
cobra relevancia si añadimos que Kamala es morena, árabe y practica el Islam (a
regañadientes) en una ciudad nada lejos de Nueva York. El asunto, puesto así,
resulta de veras histórico. El universo permisivo y mutable de Marvel es el
mejor hogar para la historia de Kamala, pero también es su futuro más incierto:
hasta dónde y cuándo llegará el trabajo de G. Willow Wilson y Adrian Alphona,
es una incógnita. Eso sí, un cómic mainstream
que puede citar al poeta árabe Rumi como si este fuera de veras del dominio
popular, vale cada peso invertido. Háganme caso.
Alex + Ada (Image Comics)
Cualquiera podría pensar que una soap opera del futuro, donde un humano se enamora de una androide
después de dotarla ilegalmente de conciencia, no daría para más. Pero A+A tiene
grandes cliffhangers, un arte
secuencial como verdadero ejercicio de programación, y sabrosas reflexiones
sobre racismo, roles de género y esclavitud. Ahí nomás. Una opinión más
extensa de este título, en Comikaze #26.
Y: The Last Man (Vertigo Comics/ Editorial Televisa)
El amor era cosa de rufianes. Ahora es cosa de ellas. Y
también la guerra, el gobierno y el sexo. Y:
The Last Man, la fábula del último hombre sobre la tierra que Brian K.
Vaughan y Pia Guerra escribieron de 2002 a 2008, es, en realidad, una sostenida
reflexión sobre el poder y las formas de ejercerlo. Yorick, Ampersand y la
Agente 355 inician su aventura en México, con un primer tomo sobriamente
publicado por editorial Televisa, y con una traducción bastante aceptable. No
se lo piensen demasiado: un planeta de machos extintos y mujeres empoderadas
es, básicamente, una provocación.
Enrique Spike Puig (Traductor de Panini Comics México y escritor en Marvel Comics) All-New X-Factor (Marvel) Este idiosincrático título explora el paradigma de los superhéroes corporativos mediante un gran desarrillo de personajes, diálogos envidiables, y una estructura narrativa que rompe con el esquema de sagas de seis números, haciéndola tan interesante como fácil de seguir. Grayson (DC) El Joven Maravilla vuelve a los New 52 con una nueva vida y convertido en agente de Spyral. Pero las cosas no son sencillas y nunca son lo que aparentan. Fácilmente lo mejor de la línea principal de DC, con historias que Nick Fury envidiaría, especialmente Grayson: Future's End One Shot, que debería ganar un Eisner de forma instantánea. Silver (Dark Planet Comics) El proyecto independiente kickstarteado y desarrollado por Stephan Franck (animador de cintas como The Iron Giant) a través de su sello Dark Planet Comics, es una excelente expansión a la mitología clásica del Drácula de Bram Stoker, en un contexto de cuentos pulp de principios del siglo XX, cargado de sensibilidades estéticas en blanco y negro, ingenio y criminales carismáticos.
David Méndez Jiménez (Articulista de Panini Comics México)
Afterlife with Archie/
Chilling Adventures of Sabrina (Archie Comics)
Sin lugar a dudas, uno de los personajes con el que
más se ha experimentado y con los que su editorial se ha arriesgado muchas veces, es
Archie y su universo, que tras un largo camino ha llegado a uno de sus mejores
arcos, el cual nos muestra situaciones más reales y adultas, en las que los
habitantes de Riverdale deben sobrevivir a una invasión zombi, originada por
magia negra. Oscuros secretos se ven en estas dos series en las que además de
todo, sale a relucir el lado más humano, heroico y valiente de los oriundos de
Riverdale.
Batman 66 / Batman 66 meets The Green Hornet (DC-Dynamite)
Sobre la serie regular, podemos decir que está
llena del ambiente y espíritu de la serie de televisión, desinhibida, algo
hippie, ocurrente, inocente e incluso un poco sosa pero divertida, mientras que
el encuentro (crossover) que tuvo lugar originalmente en la televisión, en esta
ocasión nos presenta a los dúos enmascarados enfrentándose a un par de villanos
totalmente impredecibles y divertidos. Con el mismo aire
cómico/dinámico/divertido de las series originales, nuestros héroes se
reconocen e intentan superar sus diferencias y “celos profesionales” para
combatir y detener a los malosos en turno.
Conan/Groo (Dark Horse)
Sin necesidad de explicaciones para comprender cómo
dos personajes tan discordantes entre sí se encuentran, aunque sus mundos son tan diferentes y similares a la vez, el encuentro de los dos
más grandes famosos bárbaros y guerreros del vasto universo de la espada y
hechicería, está lleno de diversión, acción, confusiones, encuentros anunciados
y amistades inesperadas, en las que el gran ganador es el lector.
Jorge Tovalín (Editor en Bruguera Comic Books)
Starlight (Image)
Emocionante, nostálgica y hasta enternecedora, la miniserie de Starlight, escrita por Mark Millar y dibujada por Goran Parlov fue sencillamente mi título favorito del año. Este homenaje a los héroes espaciales del estilo de Buck Rogers y Flash Gordon presentó, sin necesidad de acudir a los excesos del gore o las palabrotas (tan constantes en la obra de Millar, con excepción de Superior), a un encantador septuagenario terrícola que, tras perder al amor de su vida, acepta regresar al planeta que ayudó a liberar en su juventud. Y es que cuando ni tus hijos creen que realmente fuiste el salvador de otra galaxia y todos te ven como el anciano orate del pueblo, vale la pena ponerse las mallas para recuperar un poco de dignidad.
Severed (Image Comics/Editorial Kamite)
Inteligentemente, mientras su competidora Editorial Televisa publicaba Batman y American Vampire, Kamite se apresuró a conseguir esta chulada de miniserie, escrita por Scott Snyder, guionista responsable de los dos títulos mencionados antes. En Severed, ambientada en los Estados Unidos de fines de la década de 1910, un jovencito recibe una carta de su padre, a quien no conoce, por lo que se escapa de casa con el fin de reunirse con él, aunque eso signifique atravesar medio país y cruzarse en el camino de un asesino serial de niños. El arte de Attila Futaki redondea esta obra al permitir que el lector se sumerja en los ambientes solitarios y tenebrosos de esta historia que, entre líneas, habla sobre el aún más terrorífico problema del abuso infantil.
Blacksad: Amarillo (Dargaud/Norma Editorial)
La quinta entrega de aventuras del detective gatuno creado por Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido quizás no sea la más sobresaliente de las publicadas, pero es una lectura por demás entretenida y bella a los ojos, con un agradable sabor a road movie. Por azares del destino, John Blacksad es contratado para transportar un Cadillac de Nueva Orleans a Tulsa, sin imaginar que será acusado de un homicidio y que tendrá que inmiscuirse en el lado oscuro del mundillo circense. El arte antropomórfico y la paleta de colores de Guarnido, animador de Disney en Tarzan, El jorobado de Notre Dame y Atlantis, son por sí solas dos excelentes razones para cazar este tomo, ganador del Premio Nacional de Cómic 2014 en España.
Agustín "Pepper" Amezcua (Asamblea Comics, Bruguera Comic Books) Lumberjanes (BOOM! Studios) Una historia emocionante y bien pensada, acompañada de un arte preciso para el título. Acompañemos a Jo, April, Mal, Molly y Ripley en una aventura veraniega que las llevará a combatir peligros sobrenaturales e incluso a conocer personajes mitológicos. Escrito por Noelle Stevenson y Grace Ellis, acompañadas por Brooke Allen en los dibujos, ha sido uno de los cómics que más he disfrutado este año. Una lectura dinámica que los tendrá pidiendo más. The Goon: One for the road (Dark Horse) Este one-shot narra la historia de un marino buscando a su compañero, quien por azares del destino se topa con Franky y The Goon, quienes deciden ayudarlo en su búsqueda, dando esto como resultado un breve recorrido/homenaje por la historia de EC Comics, desde sus cómics de terror e historias de guerra y hasta la fundación de la revista MAD. Todo coronado con una hermosa portada de Jack Davis, además de una pequeña sorpresa revelada al final de este cómic lleno de ese humor que sólo Eric Powell es capaz de entregar. Afterlife with Archie (Archie Comics)
El eterno adolescente del cómic consiguió que el mundo entero volteara a verlo al darle un giro drástico, digamos de 270 grados, a su historia. ¿Qué pasaría en Riverdale si el apocalipsis zombi se desatara ahí? Lo que comenzó como una portada variante, para la cual le dieron carta blanca al talentoso Francesco Francavilla, se convirtió en la historia de la que todos hablarían. Y no es publicidad gratuita, pues la historia, del español Roberto Aguirre-Sacasa, te atrapa y te lleva a conocer facetas que jamás esperabas ver de los muchachos, mientras que el arte, del mismo Francavilla, tiene ese matiz oscuro que recuerda a las historias clásicas de terror publicadas en los 50. Uno de los mejores cómics de terror que se han escrito en los últimos años.
Ayer tuvimos la oportunidad de participar en la presentación de las cuatro portadas exclusivas que los coleccionistas de cómics podrán conseguir en La Mole Comic Con el 7, 8 y 9 de noviembre, en el World Trade Center de la ciudad de México.
Sin riesgo de equivocarnos, de una u otra forma, las cuatro portadas serán históricas para la escena del coleccionismo en México.
STAR WARS #1
Producida porDark Horse Comics,La Mole Comic Con y la tienda Decomixado, dibujada ex profeso por Carlos D'Anda, aparentemente será la última portada variante de Star Wars para una convención de cómics en el mundo, lo que podría incrementar su valor rápidamente, aunado al hecho de que D'Anda será invitado de La Mole Comic Con, por lo que los coleccionistas podrán no solamente comprar la portada, sino conseguir la firma de D'Anda y certificar el cómic con los testigos (witnesses) de CGC en el evento.
BATMAN #35
Producida por DC Comics y La Mole Comic Con, rescata el arte que Greg Capullo y Alex Sinclair crearon originalmente para Batman #1 (The New 52), pero que fue descartado (la imagen solamente se usó para el catálogo Previews, pero jamás fue usada como portada). Dada la popularidad de Capullo en México, y su rumorado retorno a México para 2015, seguramente será una de las portadas más buscadas del evento.
THE AMAZING SPIDER-MAN #7
Producida exclusivamente por Marvel Comics y Decomixado (de hecho es la primera portada variante que la tienda lanza como propia, sin coinversión de La Mole Comic Con), esta edición presenta algo por demás atractivo para los fans de Spider-Man: arte de Humberto Ramos y Edgar Delgado, creado especialmente para esta tienda de cómics mexicana.
Tras la ruptura de relaciones entre David Noriega, dueño de la cadena de tiendas Fantástico/Comicastle y Humberto Ramos, esta portada podría ser una interesante "cachetada con guante blanco" del artista, quien parece haber encontrado en Decomixado una nueva tienda con la qué colaborar en México.
THE AMAZING SPIDERMAN #2
Esta portada variante producida por Marvel Comics México (Editorial Televisa) marcará la primera participación del sello en la convención de cómics, ya que la empresa contará con stand de venta en La Mole Comic Con. Presentada en la ceremonia de develación por Giobany Arévalo, cabeza del equipo encargado de la publicación de cómics por parte de Editorial Televisa, esta portada puede tener otra lectura interesante y entenderse como una probable apuesta de Editorial Televisa por formar parte de La Mole Comic Con, tras la postergación indefinida (¿cancelación?) de Epic Con, evento de entretenimiento planeado por Disney para agosto pasado.
Cabe destacar que, a diferencia de los otros tres cómics con portadas exclusivas, esta edición será, lógicamente, en idioma español.