14 marzo, 2015

SCOTT PILGRIM VS LA FAMA MUNDIAL

Por Agustín "Pepper" Amezcua 



Con motivo de la publicación del tercer volumen de Scott Pilgrim bajo el sello de Editorial Kamite y su presentación en La Mole Comic Con, compartimos con ustedes este artículo que apareció en Comikaze #10.

¿Alguna vez has amado a alguien tanto que, literalmente, duele? Esta es la premisa de Scott Pilgrim, título insignia del canadiense Bryan Lee O’Malley, que a la fecha consta de seis volúmenes, una adaptación fílmica y un videojuego de Playstation. El fanatismo alrededor de la saga de Pilgrim ha alcanzado proporciones épicas, y quien esto escribe no escapó de sus garras… 

Publicado en 2004, Scott Pilgrim’s Precious Little Life abrió la puerta del Pilgrimverso, un mundo muy similar al nuestro, pero con la pequeña diferencia de que el universo de O’Malley es como el de un videojuego; así es, con armas ocultas, ítems y vidas extra a la vuelta de cada esquina. 

¿Pero quién es ese tal Scott Pilgrim? Bien, se trata de un tipo de 23 años, desempleado y flojo, quien vive comparte un cuarto con un gay (quien además paga por todo), además de ser aficionado a los videojuegos, bajista de la banda Sex Bob-Omb y salir con Knives Chau, una muchacha de 17 años con ascendencia china. Todo esto cambia el día en que se cruza en su camino la chica nueva de la ciudad, Ramona Flowers, por lo que desde ese momento la vida de Scott se vuelve aún más rara, ya que después de su primera cita con ella, comienza a recibir extraños e-mails y cartas, que pasa por alto. 


El misterio de esos correos electrónicos se revela en una tocada de Sex Bob-Omb, donde conocemos a Matthew Patel, antigua pareja de Ramona, quien entera al lector (y a Scott) sobre la existencia de la Liga de Ex Novios Malvados. Ahora se preguntarán ¿qué rayos es eso? En resumidas cuentas, el joven protagonista deberá combatir y vencer a este grupo de siete antiguos enamorados, si quiere seguir saliendo con Ramona. 

La buena noticia para nuestro bajista favorito es que no se encuentra solo, pues tiene amigos que le brindan apoyo moral o algo muy parecido: Wallace Wells, compañero de cuarto de Scott, bebedor social y un acertado crítico; Stephen Stills, vocalista y guitarrista de Sex Bob-Omb; Kim Pine, baterista de la banda, quien conoce a Scott desde la secundaria y salió un tiempo con él; así como Young Neil Nordegraf, el fanático más grande de la agrupación, además de otros personajes secundarios (ex novios, viejos conocidos y familiares) que brindan una combinación explosiva a las páginas de Scott Pilgrim. 

La infinita creatividad Mención aparte merece el arte de O’Malley, que a primera vista podría parecernos malo e incluso falto de toda técnica. Además, podríamos llevarnos por el prejuicio de que, al ser publicado por el sello ONI Press (cuyo logotipo es una especie de demonio mitológico japonés) creeríamos que Scott Pilgrim es un manga  y automáticamente negarnos a leerlo. El tamaño de la publicación también podría afectar la percepción de algunos, pues no tiene las medidas acostumbradas para el lector de cómics, lo que sumado al arte, podría provocar desconfianza, pero podemos asegurarles que una vez comiencen a leerlo, no podrán parar y encontrarán el formato sumamente cómodo, tanto para la lectura como para su transporte. 


Más allá del arte y el formato, si en verdad hacemos un pequeño esfuerzo y nos concentramos en la historia que ofrece Scott Pilgrim, nos hallaremos con uno de los cómics independientes más divertidos y refrescantes de la década. El ritmo a veces frenético que O’Malley imprime en el relato impide que el lector se detenga, además que es muy fácil identificarse con Scott, ese chico que está en la transición de joven a adulto, quien se niega a madurar o simplemente no se siente listo para hacerlo. El cambio en su vida y la forma en que lo afronta hacen de este cómic algo más que disfrutable, y si a esto le sumamos bromas precisas y detalles en el arte, tenemos un magnífico espectro de emociones y texturas. 

En cuanto a las referencias de videojuegos, algunas que no les arruinarán la lectura y que si cumplimos con nuestro propósito, les harán tener interés por el cómic, son las siguientes: 

• La banda de Scott, Sex Bob-Omb, es una clara referencia al nombre de los enemigos de los hermanos Mario 

• A lo largo de la historia, podemos encontrar ítems especiales con sus respectivas funciones, así como tipografía en ocho bits, save points, barras de energía y level ups que O’Malley incorpora tan bien a la historia, que parecen cosa cotidiana 

• Dentro de los diálogos y batallas hay referencias directas a juegos clásicos como Metroid, Super Mario Bros. y Street Fighter 

 • Los nombres de todas las bandas que aparecen en la saga, además de Sex Bob-Omb, tienen una relación directa con juegos noventeros como Sonic the Hedgehog

 • El uso de armas o ítems pueden aumentar el poder de los personajes, tal como pasa en los juegos de rol (¡si tan sólo esto pasara en la vida real!) 



De esta forma, si lo que buscan es cambiar a los héroes en mallas por algo un poco más cotidiano, pero que les garantice horas y horas de diversión, Scott Pilgrim es lo que necesitan. Sólo lean el primer tomo y si no quedan enganchados, es que en realidad son androides que no pueden sentir.

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