31 marzo, 2014

EL MURO DE LAS LAMENTACIONES


Por Everardo Ferrer 
Foto: Historieta Mexicana

El pasado fin de semana fue inaugurado el mural de Los Héroes de la Historieta Mexicana, que ha causado opiniones encontradas entre admiradores, artistas y gente del medio. Por principio de cuentas, no se sabe en que se basó la elección de los personajes, pues entre los seleccionados hay algunos que no tuvieron gran trascendencia en la industria editorial (cuando esta existía) y otros que ni siquiera son personajes mexicanos.

Si la temática era Héroes de Historieta Mexicana, ¿Por qué hay personajes que no son propiamente héroes, sino sólo protagonistas de sus propios títulos? ¿Por qué no solamente dejarlo en Personajes de la Historieta Mexicana? Es evidente que no se contó con una asesoría pertinente ni con un trabajo de investigación bien realizado. Probablemente la elección estuvo basada en un gusto personal, lo que justificaría la ausencia de muchísimos personajes, así como la inclusión de otros tantos que no entran en la categoría heroica.

Es cierto que es una buena iniciativa, pero hay que aceptar que no llegó a buen puerto. No puede compararse esta obra con un Siqueiros, con un Rivera, lo que parece ser la percepción de mucha gente, cuando hay  trabajos mucho mejor pintados en las bardas de los jardines de niños, en salones de fiestas infantiles o en las fachadas de las atracciones de una feria de barriada. Lo que pretendía ser un mural, quedó sólo en una pinta, de esas que se cuentan por docenas en la ciudad capital.

De ninguna manera se trata de denostar el trabajo realizado y el esfuerzo que se invirtió en la realización de la obra, pero ¿en verdad creen que esa pared pintada merezca ser reconocida como El Mural de los Héroes de la Historieta Mexicana? Si bien se le puso mucho empeño, su calidad artística es bastante pobre. No es posible que un trabajo así se considere siquiera como un atractivo turístico y considerar que la calle en la que se ubica se transforme en  un corredor cultural, que es lo que se ha planteado.

Se puede aplaudir la idea y la intención, pero definitivamente, no la obra final. Si ya se contaba con el espacio, el permiso, la proyección mediática (que desde un inicio le brindó la página de Facebook Historieta Mexicana, de Edmundo Sánchez) y los recursos para hacer el mural, ¿por qué no hacerlo bien desde el principio y recurrir a dibujantes con experiencia (preferentemente rotulistas, que seguramente en el barrio habrá) que respetaran los trazos de los artistas originales de los personajes, para que el espectador no tuviese que adivinar quiénes son? 

Pero el proyecto se puede retomar, ya que la idea es muy buena; planearlo bien y dedicarle el tiempo que un trabajo como este merece (tres días no son suficientes, de ahí parte de los deplorables resultados), para que la obra tenga la calidad y el cuidado adecuados y entonces sí, pueda ser reconocida como un trabajo digno de admirarse y de presumirse, y no sólo ser visto como una curiosidad, una pinta que provoca pena ajena, un muro de lamentaciones al que ni la nostalgia puede aminorar su fealdad.

* El mural se encuentra en Callejón Mariana R. del Toro de Lazarín, esquina con República de Chile, en el Centro Histórico de la ciudad de México.

1 comentario:

CRUCASE dijo...

Que penal, el mural parece un trabajo 100% amateur