04 octubre, 2011

¡YO ERO UN HERÓE! LOS CÓMICS DE CAPULINA (PRIMERA PARTE)

*Con motivo del reciente fallecimiento de Gaspar Henaine, Capulina, les compartimos este artículo de José David Méndez, publicado originalmente en Comikaze #10:


Dicen que México es un país con poca memoria histórica, cosa que quizás sea cierto, pues al menos en las viñetas, hay muchos personajes que se encuentran casi olvidados... Capulina es uno de ellos.

Cuando decidimos escribir un artículo sobre las historietas de Capulina, pensé que sería fácil, puesto que recordaba muy bien aquellos pequeños ejemplares de 128 páginas y 9.3 x 8 cm, ideales para guardar en el bolsillo del pantalón: los Capulinitas.

Además, al ser publicaciones tan populares, seguramente todo mundo debía tener una de ellas, por lo que conseguir información sería pan comido. Gran error, pues las primeras pesquisas sobre el tema no dieron resultado; en varios lugares donde pregunté sobre ejemplares de esta revista, me miraron con cara de interrogación y luego contestaron que no las conocían. Y donde sí sabían de la existencia de los Capulinitas, simplemente no los tenían.

Entonces me di cuenta que las historietas de Capulina eran como una leyenda urbana, muchos habían escuchado de ellas, pero nunca habían visto una. Por eso me di a la tarea de llegar rastrear dicha publicación hasta su origen.

Pero… ¿Quién es Capulina?

México tiene una gran tradición de entrañables y muy reconocidos cómicos, dueños de amplias trayectorias en carpas, teatros de revista, cine y televisión. Todo indica que a uno de ellos, Gaspar Henaine Pérez, lo trajeron los Reyes Magos, pues nació el 6 de enero de 1927, en Chignahuapan, Puebla.

Seis años después, toda su familia se mudó a la ciudad de México, donde inició su carrera en 1944, primero como cantante en el cuarteto Los Excéntricos del Ritmo, donde tomó experiencia para luego formar el trío Los Trincas, que se presentaba en una de las radiodifusoras más prestigiadas de México, la XEW.

Fue en ese lugar, por 1952, donde Gaspar conoció a Marco Antonio Campos Contreras, con quien, tras separarse de Los Trincas, formó la pareja cómica Capulina y Don Viruta, que después se haría llamar simplemente Viruta y Capulina (unos dicen que así sonaba mejor y otros aseguran que fue por celos profesionales).

Pero lo cierto es que sus participaciones en la pantalla fueron legendarias, ya que en esa época, cuando la televisión mexicana comenzaba a despuntar, ambos se posicionaron rápidamente en el gusto del público de todas las edades, siendo todo un fenómeno social y significando un éxito para los sitios donde se presentaban. Gracias a sus numerosos filmes y a que conducían el programa de variedades Cómicos y canciones en Telesistema Mexicano, su fama subió como la espuma.

Del celuloide a la tinta
En aquellos tiempos, cuando el cine humorístico mexicano gozaba de buena salud, la mayoría de los cómicos de la época aparecían caricaturizados en los carteles de sus películas, por lo que la transición a las viñetas se antojaba un paso sencillo. Así, fue al artista Sealtiel Alatriste Batalla a quien se le ocurrió publicar una historieta con la pareja como protagonista.

Dibujante de los suplementos dominicales de El Heraldo, dueño de una versatilidad increíble y creador de tiras como Detectives y Bandidos, Lágrimas de Mujer, Majestad Negra o El Cid, entre otras, convenció a un tío suyo, quien conocía a Capulina, para que lo ayudara a contactarlo y entrevistarse con él.

Alatriste, Henaine y Campos congeniaron muy bien, por lo que poco después, en 1960, comenzaron a publicar bajo el sello SESA (Super Ediciones S.A.) la revista semanal Las Aventuras de Viruta y Capulina (cuyo slogan era Los cómicos más cómicos), con una línea y estilo muy similar al que caracterizaba a la pareja en otros medios.

Algunos de los argumentos corrieron a cuenta de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, quien escribía los guiones para las películas y programas del dúo, mientras que el dibujo era del mismo Sealtiel Alatriste, director de la editorial, quien también realizó varias historias para el título.

Antes de seguir, cabe mencionar que Alatriste fue el primer mexicano en dibujar a Tarzán para el mercado norteamericano, así como otras historias de western y fantasía. En México dibujó títulos como Yamba, El Gavilán, El Hombre Mosca y Confesiones Sentimentales, pero uno de sus personajes más recordados sería Johnny Galaxy.

Sin embargo, como el mismo Alatriste nos comentó en entrevista, su proyecto editorial fue en declive cuando comenzó a publicar Rex, el Hombre del Bronce, por lo que se vio en la necesidad de cerrar las puertas de SESA y continuar por otros caminos.

El salto a Editormex
Afortunadamente, para ese entonces un joven dibujante que ya tenía cierta reputación, colaboraba con su estilo personal en Las Aventuras de Viruta y Capulina: se trataba de Héctor Macedo.

Como paréntesis, cabe resaltar que Macedo, oriundo de la ciudad de México, se graduó como Químico Fármaco-Biólogo en el IPN, por instrucción de su madre, doña Josefina Velasco Gómez, quien le permitiría dedicarse a lo que quisiera (el dibujo, en su caso) siempre y cuando le entregara un título profesional. Después de recibirse, comenta Juan Carlos Macedo, hijo del maestro, el joven Héctor dedicó prácticamente toda su vida a ser monero.

En su adolescencia, Héctor Macedo viajó a Estados Unidos, donde, entre otras cosas, realizó una serie de historietas para la US Army, pues éstas infundían ánimo, valor y sentido patriota a los soldados en tiempos de guerra, además de colaborar en la cinta animada Pedro y el lobo, de Walt Disney .

Al volver a México en 1956, Macedo trabajó en Editorial Panamericana, dirigida por el coronel José García Valseca. En este sello, junto con Gabriel Vargas, realizó la serie de Poncho López para la revista Paquito, así como algunos episodios de La Familia Burrón.

Para 1964, Macedo dibujaba Las Aventuras de Viruta y Capulina, junto con Ángel Morales en los guiones, mismos que también trazaba en ocasiones. Como la mayoría de los historietistas de esa época se conocían, al saber que SESA desaparecería, Macedo se acercó a Óscar González Guerrero, director artístico de Editormex, para ofrecerle el título. Llegados a un acuerdo todos los participantes del proyecto se cambiaron de casa.

Así pues, mientras Sealtiel Alatriste probaba suerte en otros rumbos, Macedo, Morales, González Guerrero y Giorgio Torelli, editor y dueño de Editormex Mexicana, iniciaron una nueva época en las aventuras de esta pareja de cómicos.

En ambas casa editoriales, Las Aventuras de Viruta y Capulina fue un éxito, contando con una periodicidad semanal y con tirajes que oscilaban entre los 30 y los 56 mil ejemplares, que se agotaban en poco tiempo.

Continuará...

1 comentario:

Unknown dijo...

¿Y la continuación? =/